¡Implementemos la Lucha de Dos Líneas!

Desde la Juventud Marxista-Leninista hemos seguido atentamente todo el episodio de la controversia entre el MAI y el PCE(r). Por un lado, por las no disimuladas influencias que sobre nuestros posicionamientos tiene la línea que defiende la primera organización. Por otro lado, por la simpatía natural que en primera instancia despierta la segunda organización entre todos los que consideramos al actual sistema social y a su Estado como nuestro enemigo irreconciliable.
Sin embargo, y no debería haber sido una sorpresa ante la actitud que la mayoría de los destacamentos del movimiento comunista del Estado español mantienen ante la crítica y el debate, la actitud del PCE(r), bastante ofensiva y fuera de tono, nos ha desilusionado de sobremanera. ¿Acaso, y esto va también para todos esos cyberrevolucionarios que se despachan autocomplacientemente con la consabida, y muy rancia por cierto, letanía del “iluminados”, “sectarios”, “intelectualistas”..., al movimiento comunista le va tan bien que pueda permitirse el lujo de despreciar con frases al uso y descalificaciones las críticas fundamentadas desde el marxismo? ¿La derrota de la primera experiencia de la Revolución Proletaria Mundial y décadas de estancamiento y retroceso no son indicios mínimamente razonables como para que el movimiento se plantee una mínima autocrítica de fondo? Es más, aún suponiendo que la línea dominante de la inercia política y organizativa fuese la correcta para el avance del movimiento revolucionario (lo que es mucho suponer), ¿no se debería responder con un mínimo de seriedad, demostrando los errores del contrario y la justeza de las propias posiciones, de forma que éstas salieran reforzadas y el camino a seguir apareciera más iluminado? ¿No es realmente ésta la verdadera actitud comunista y no la dominante de encerrarse en una práctica que lleva décadas demostrando su fracaso en acercarnos mínimamente a la revolución? ¿O acaso hemos dejado de creer en la factibilidad de ésta?
Éstas y otras muchas son las dudas que asaltan a la JML ante el panorama que presenta hoy en día mayoritariamente el Movimiento Comunista Internacional, y desgraciadamente no creemos que nadie las vaya a responder sinceramente.
Sin entrar a valorar el contenido del debate, la JML quiere mostrar pública y abiertamente su conformidad y adhesión con las propuestas organizativas formuladas por el MAI y su oportunidad.
En la JML pensamos que en la actualidad las tareas ideológicas son la base y el “eslabón del que asir la cadena de la revolución”, que la Lucha de Dos Líneas y el deslindamiento ideológico y político son los motores fundamentales de la constitución del partido del proletariado. Así, consideramos que la iniciativa del MAI puede suponer un relanzamiento para este combate ideológico sin cortapisas ni autocensuras, tan necesario como rehuido.
Creemos que en una época de derrota como la que nos ha tocado vivir, derrota que significa disgregación de los principios, pérdida de la referencia del histórico objetivo del Comunismo y, por tanto, inoperancia de la política revolucionaria, es fundamental fomentar áreas de encuentro y referentes organizativos sobre la base de la recuperación de los principios, la Lucha de Dos Líneas y la clarificación ideológica y política como motor de la reconstitución del movimiento revolucionario, del comunismo, en toda su amplitud, pues tal ha sido la envergadura de la derrota.
Es más, y aunque sabemos que los consejos de los que llaman “dogmáticos” (epíteto con el que los oportunistas siempre se han referido a los comunistas revolucionarios, desde Lenin a Mao) suelen ser despreciados por los pragmáticos traficantes de principios, invitamos a la mayoritaria ala derecha del movimiento a que reflexionen en este sentido sobre el resultado de décadas de “unidad” sobre la base de consensos mínimos, de lo que “es posible ahora”, de lo que llaman “real y concreto”, camuflaje, en realidad, de un trasnochado empirismo; “unidad” que nunca se ha cobrado otra víctima que no sea el comunismo revolucionario.
Por último, no queremos olvidar el exigir desde este modesto espacio la liberación de todos los prisioneros políticos, reos en las mazmorras capitalistas, a los que, aunque no compartamos la línea que implementan en la actualidad, desearíamos ver libres y participando en la verdadera lucha por la recomposición de ese movimiento revolucionario que algún día derogará definitivamente las celdas y los barrotes.


Agosto de 2007